En este nuevo año será evidente que la revolución tecnológica se tomó nuestra vida, y con ella, las industrias. El metaverso no es tan lejano, ni descabellado, si vemos cómo funciona la técnica que crea objetos tangibles desde cero, mediante un proceso de adición por capas.
No hace tantos años el sector de la arquitectura y la construcción, comenzó a implementar esta tecnología, como cualquier otro ejercicio, sin pensar que hoy en día las estructuras producto de este método ya no son una novedad. Cada día más empresas están incorporando la también llamada fabricación aditiva en sus producciones.
Los motivadores que tienen los estudios de diseño y construcción para conocer, aprender y practicar los modelos 3D son múltiples:
- Ahorro de materia prima, que en últimas, promueve una disminución del impacto negativo en el medio ambiente, minimiza la generación de residuos.
- Es un proceso limpio que se traduce en mayor precisión.
- Reduce el tiempo de trabajo, esto permite que se enfoquen los esfuerzos a otras necesidades de los proyectos.
- Los clientes pueden ver una representación previa de cómo sería el resultado final del proyecto.
- Es posible la creación de piezas complejas, así que hay una libertad en el diseño para dar vía libre a la imaginación de los profesionales, sabiendo que ahora se puede fabricar de manera sencilla.
Una gran noticia para los que se están apropiando de la Impresión 3D, es la flexibilidad, que permite modificar, editar o reutilizar el diseño de manera simple y rápida. Dicho de otro modo, si no hay satisfacción, se altera la edificación hasta que se alcanza.